lunes, 10 de diciembre de 2012

El mate y su historia

El mate, tan tradicionalmente nuestro, es según estadísticas, la bebida que se utiliza en el 98% de los hogares argentinos. Siempre es motivo de reuniones, ya sea para conversar sobre cualquier tema, para  confesarnos con amigos, de alguna cosa sentimental que nos fue mal, o de algún proyecto que tenemos en mente, en fin, cualquier inquietud que tengamos, siempre, o casi siempre, está su majestad el mate de por medio. Es un gran amigo, y si hacemos una pausa en nuestras actividades, el nos acompaña, y aunque parezca exagerado, nos dá una nueva energía, pues tiene componentes que agilizan la mente.
Contiene las vitaminas C, tiamina B1, niacinamida (B3) y piridoxina (B6) y los minerales magnecio, hierro, potasio, calcio, sodio y fósforo.
Fue descubierto por el conquistador Hernando Arias y Saavedra, más conocido como Hernandarias, quien el año 1592, al tomar como prisioneros a unos indios guaraníes, le descubrió en sus guayacas -una especie de monederos- unas yerbas con las cuales los indios masticaban para darse energía. Estos guaraníes también las sorbían dentro unos cuencos, con unas bombillas que denominaban  tacuapí.
Más tarde, ya los jesuitas tenían plantaciones de la yerba, pero ellos la utilizaban como mate cocido, y sostenían que las semillas, para que germinaran, primero debían pasar por el tubo digestivo de los tucanes.
Expulsados los jesuítas, esas plantaciones se perdieron, pero lo que llama la atención, es que solamente en América del Sur, más precisamente en el sur de Brasil, Paraguay, Uruguay y Argentina florecen estas plantaciones de yerba mate, y fueron vanos los intentos de sembrarlas en algunas regiones de Africa, de Asia, y en Norte América, con climas parecidos, pero fracasaron, ya que el clima, y humedad en el Sur de América, es donde florecen únicamente.
Los guaraníes sostienen que es el árbol de los Dioses, y que al beber su esencia, están bebiendo a la selva y a esos dioses los llaman Caá Yará, y Caá Yarí.
En el año de la inquisición, en 1610, en Lima, se prohibíó su uso porque decían que era cosa del Diablo, pues los que asistían a las misas, tenían que abandonarla muy seguido, por sus propiedades diuréticas.
El mate, propiamente dicho, se compone de un cuenco o una calabacita de origen vegetal, también puede ser de palo santo, de porcelana, de jarritos enlozados, la yerba y su correspondiente bombilla.
En el Uruguay utilizan una yerba muy molida, sin palo, y es lo más común verlos por las calles con un termo en una mano y el mate en la otra.
Según el historiador Francisco Scutellá, no se puede tomar mate si uno está enojado, pues esta infusión, sirve para que nos reunamos para pasar un rato amable y distendido.
Un gran consumidor de nuestra yerba mate, es Siria, que también nos compra muchas bombillas, pues les encanta tomar mate.
Cuando viene un extranjero a nuestro país, cuando le hacen probar el mate, primero pone cara rara, pero a medida que lo va paladeando, cambia de opinión, puede llegar a gustarle como a nosotros, que la consagramos "La Bebida Nacional"  por excelencia.
Mario

2 comentarios:

  1. Mario:Muy buena la historia del mate, es verdad que es un gran amigo tanto para el que está solo, o para tomar con la familia o en reuniones con amigos. Es una verdadera compañia.
    Suerte. NORMA

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