Corría el año 1965, si es que la memoria no me falla, cuando nos citamos con una hermosa señorita en una esquina de Bs As, por la noche. Se dió que llovía mucho, pero igual nos vimos y lo que luego
pasó entre nosotros, lo relataré con un poema, que titulé:
TU PARAGUAS ROJO
La única vez que salimos
fué de noche, y con tormenta
y caminar decidimos bajo la llovizna cruenta.
En tus manos se dormía la orquídea que te había dado,
homenaje emocionado, que mi alma te ofrecíó,
mientras tú me sonreías, tu PARAGUAS ROJO abrías
sobre nuestros pensamientos,
que eran en esos momentos
de desbordante alegría.
Muchas cuadras anduvimos
mientras la lluvia caía
Y aquella tela impedía
de que las gotas pasaran,
más tampoco permitían
que mis sueños escaparan.
En su varillaje enredado
quedaron ya para siempre
proyectos que forjó la mente
de un muchacho enamorado,
nunca los olvidaré
pues mi mejor buena fé
había en ellos depositado.
Pasó tu amor por mi vida
como una estrella fugaz,
o como el fulgor de un lucero,
y es por eso que quiero
ese momento olvidar.
En un rincón de mi pieza
tu paraguas olvidaste,
más como no regresaste
hoy es nidal de tristezas,
pues recuerdo las ternezas
con que esa noche fuí amado,
más si el paraguas dejaste.......
Tu querer te lo has llevado.
quelindo pema sandra
ResponderEliminar