Corría el año 1951, cuando tuve que presentarme para cumplir con el servicio militar (que en ese entonces era obligatorio). En Palermo, allí por la Av. Bullrich, estaba el regimiento de infantería, que ahora no recuerdo el número, pero sí recuerdo que me tuvieron con una fagina
tremenda durante 3 meses, luego de cortarme al ras mi frondosa cabellera, luego de gastar las suelas de los borceguíes, de los 72 kgr
que yo lucía, me llevaron a 66 kgr, y haciendo lo que los militares llaman orden cerrado, (esto es salto de rana, carrera mar, hacer flecciones y otras mojigangas) que ellos sostienen es para endurecer al soldado.
Al mediodía, tocaban rancho, que era para almorzar la comida que preparaban con bolsas de papas que iban directamente de la bolsa a
la enorme olla, porotos colorados, fideos guiseros, algún trozo de carne lentejas, etc. Todo esto se colocaba al mismo tiempo en La Morocha, que es la olla que es llamada así en la jerga militar por el color que presenta en su exterior. Los ingredientes entraban todos al mismo tiempo, y salían también todos juntos, así que imaginan lo delicioso que era. (en verdad, un asco.) solo unos muchachos de 20 años, hambrientos y cansados podían comer eso.
Lo de servir a la patria es un mito: lo que hicimos fue servir a los oficiales y suboficiales a pintar las casas, arreglar sus autos particulares o de algún conocido (creo firmemente que cobraban por ello) y a nosotros nos arreglaban con un par de francos.
Estuve allí durante 14 meses, 10 días, 6 horas y 30 minutos como soldado conscripto, y al darme la baja me preguntaron si quería engancharme de suboficial de reserva ¡¡¡NI LOCO!!!
Con lo que yo añoraba mi vida particular sin tener que levantarme con pitos y tener 2 minutos para deshacer la cama, vestirnos, asearnos y formar fila para que pasen lista. El que no cumplía con ese tiempo recibía algún castigo, podía ser perder el franco, o tener que realizar alguna tarea nada agradable (como ser limpiar los baños).
La verdad, no la pasé nada bien, lo único que me hice de algunos amigos, y que al día de hoy lamentablemente fallecieron.
Este regimiento está hoy sito en la localidad de La Tablada.